La importancia que tiene la industria aeroespacial en la sociedad actual es indiscutible. Es un sector impulsor del desarrollo económico y vertebrador de nuestra economía en el comercio internacional.
Al tratarse de un sector indispensable para la movilidad y el transporte internacional, es imprescindible que le acompañe una estrategia de sostenibilidad que ayude a reducir cualquier impacto negativo que pueda generar en el medioambiente.
Afortunadamente, la industria aeroespacial se encuentra en un momento crucial de desarrollo tecnológico que le está posibilitando encontrar soluciones innovadoras que le permitan conseguir la neutralidad de las emisiones de carbono en 2050.
La transformación debe comenzar con la creación de nuevas legislaciones e instituciones que regulen las operaciones del sector. Sin embargo, para que el cambio sea sustancial, se debe replantear y analizar toda la cadena de valor y hacer modificaciones en los proveedores, sistemas de vuelo, autoridades y combustibles.
Sobre estos últimos, se ha planteado como solución promover la propulsión eléctrica y la energía de hidrógeno como alternativas más respetuosas con el medioambiente. En este sentido, ya existe una lista de más de 20 países que se han comprometido a dejar de financiar combustibles fósiles este 2022, entre los que se encuentra España.
Alcanzar una industria aeroespacial sostenible será indiscutiblemente el resultado de un esfuerzo conjunto entre gobiernos y el sector, para fomentar una inversión en la tecnología y promoción de la innovación que posicione a la industria como referente de sostenibilidad. Porque, si hay algo claro en este tema, la industria será sostenible o no será.