En 2020 la crisis por la Covid-19 no tardó en hacerse presente en algunos sectores y uno de los que resintió de inmediato sus efectos fue la industria aeronáutica. Esto acrecentó la necesidad de la industria de reinventarse y de movilizarse hacia una transición digital y sostenible.
Es importante resaltar que la industria aeronáutica juega un papel estratégico en nuestro país, ya que es considerado uno de los pilares que impulsarán la recuperación económica al representar un eje central para la creación de empleo de calidad.
El ejemplo más evidente lo encontramos en el programa del futuro caza de combate europeo FCAS/NGWS en el que participa España al lado de Francia y Alemania. El FCAS/NGWS integra el desarrollo de la plataforma aérea, motor, sensores electróopticos y radar, drones, sistemas de muy baja observabilidad, laboratorio de simulación y un sistema para garantizar la conectividad de todo. Esto lo convierte en un proyecto de defensa tan ambicioso para Europa que resulta inasumible para una sola nación.
La industria aeronáutica es una locomotora para el sector productivo nacional y el futuro de la fabricación debe ser a través de aparatos más tecnológicos y sostenibles. España ha asumido la crisis sanitaria como una oportunidad para modernizar la industria e impulsar el progreso del sector. Incluyendo más planes estratégicos como el FCAS la industria aeronáutica podría convertir a España en un referente industrial generador de empleo y tecnología.