Una de las claves para asegurar el éxito de cualquier sector hoy en día es, sin duda, la digitalización. Mientras existe un cúmulo de sectores que luchan por sobrevivir, aquellos que se digitalizaron y se adaptaron desde un primer momento son los que están liderando.
La digitalización y la conectividad son esenciales para mantener la actividad social y la laboral. Además, la digitalización puede ayudar a facilitar el cumplimiento de algunos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). No obstante, la tecnología ha traído consigo una nueva pandemia: los ciberataques.
Según el informe Cyber Attack Trends: 2021 Mid-Year Report, los ciberataques aumentaron 93% en la primera mitad del año. Las amenazas de “phishing” y “ransomware” son las que lideran las estadísticas. Si bien España no es el país que recibe más ciberataques cada año, si se encuentra en las primeras posiciones.
La ciberseguridad en las organizaciones se ha vuelto un elemento clave, tanto para proteger y asegurar sus procesos productivos, como para mantener su buena reputación, resguardando información sensible sobre sus clientes.
Como respuesta a la urgencia de proteger la información, el Consejo de Seguridad Nacional ha incluido la Ciberseguridad como una prioridad de la Estrategia de Seguridad Nacional desarrollada por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación. Además, ha desarrollado la Política de Ciberseguridad Nacional a través de dos ejes:
- Estrategia de Ciberseguridad Nacional: Su finalidad es articular una adecuada capacidad de prevención, defensa, detección, respuesta y recuperación frente a las ciber amenazas.
- Plan Nacional de Ciberseguridad: Se encarga de recoger las líneas de acción para desarrollar el primer documento.
Los ciberataques son un problema global y España ha abierto paso a la vulnerabilidad en su camino hacia la digitalización. Sin embargo, de la misma manera está implementando herramientas que nos protejan como país y como marca.