La nueva Europa de la Defensa y la Brújula Estratégica

Jean Monnet escribió en sus memorias “Pensábamos haber descartado toda posibilidad de conflicto en el continente [europeo] y desactivado el detonador de las guerras mundiales. Pues bien, la historia vino a zarandearnos, a su vez y a su manera, es decir, fortuitamente.”

Con estas líneas, el padre fundador de Europa hace referencia a la invasión de Corea del Sur por parte de Corea del Norte el 25 de junio de 1950, que supuso cambios geoestratégicos de calado en Europa y el mundo de la posguerra mundial, incluyendo entre otros el ingreso de Alemania en la OTAN.

Siete décadas después, la historia ha vuelto a zarandearnos. La guerra de agresión ilegal de Rusia contra Ucrania, nos recuerda que, todavía en el siglo XXI, no hemos descartado toda posibilidad de conflicto en el continente europeo ni desactivado por completo el detonador de las guerras mundiales.

Esta invasión, como la de hace siete décadas, está produciendo cambios de calado en Europa y en el mundo, redefiniendo el paisaje de la defensa europea en un momento en el que nuestra contribución a la seguridad internacional da muestras de una nueva dinámica y ambición. Asistimos al nacimiento de una nueva Europa de la Defensa, tal y como reza el título de este documento. Con nuevas perspectivas, una nueva visión y un compromiso renovado de actuar.

Sin embargo, ello no implica empezar de cero. A lo largo de los últimos años hemos realizado importantes avances en la defensa europea y hemos creado instrumentos clave como la Cooperación Estructurada Permanente, el Fondo Europeo de Defensa o el Fondo Europeo de apoyo a la Paz. El objetivo actual es aprovechar estas herramientas al máximo para que desarrollen todo su potencial. Ahora estamos utilizándolas y dotándolas de una mayor coherencia e impulso, de sentido y dirección.

Ello enlaza con el segundo elemento del título de este documento: la Brújula Estratégica. Su adopción marca un antes y un después para la seguridad y defensa de la Unión. Es una señal inequívoca de nuestra unidad y determinación para actuar conjuntamente que llega en el momento oportuno, cuando la magnitud de los desafíos y amenazas a las que nos enfrentamos exigen este nuevo nivel de ambición.

Esta disertación estará estructurada en tres partes. En primer lugar, se presentarán los objetivos, ambiciones y la estructura de la Brújula Estratégica. A continuación, explicaré como la crisis de seguridad actual, la más grave en nuestro continente desde la Segunda Guerra Mundial, hace todavía más relevante este hito. Y finalmente– concluiré con una presentación sobre el futuro inmediato de la defensa europea, centrándome en la industria de defensa y en las implicaciones para España.

  1. Brújula estratégica: objetivos, ambición, estructura

Tal y como afirmé con anterioridad, la adopción de la Brújula Estratégica en marzo de este año marca un momento histórico para la política de seguridad y defensa de la Unión.

La Brújula presenta tres novedades importantes respecto a documentos anteriores:

  • Se trata de un documento muy concreto y directamente aplicable – con más de 60 acciones propuestas.
  • Incluye plazos específicos para su ejecución, lo que nos permitirá medir nuestro progreso.
  • Ha sido adoptado por los 27 Ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa y respaldado por los 27 Jefes de Estado y de Gobierno.

Destacaría este último elemento como el más importante: ningún documento de este tipo ha tenido hasta ahora tal grado de apropiación política. Los Estados Miembros han estado estrechamente asociados y la han negociado hasta el último minuto, lo que demuestra el interés y la importancia de lo que está en juego. España, como país motor de la Política Común de Seguridad y Defensa y presidencia rotatoria del Consejo en el segundo semestre de 2023 está llamada a jugar un papel fundamental.

El punto de partida de la Brújula Estratégica es un análisis clarividente del mundo que afronta la Unión Europea. Se trata del primer análisis de amenazas que se ha realizado a nivel europeo: un producto de inteligencia que contribuyó a forjar un entendimiento compartido de nuestra seguridad. Este análisis será actualizado de forma regular, empezando este año. La Brújula Estratégica también tiene en cuenta, evidentemente, la invasión rusa de Ucrania y el retorno del conflicto armado al territorio europeo.

La Brújula Estratégica contempla un horizonte para los próximos cinco a diez años. Guiará nuestras acciones y aportará coherencia a nuestras políticas e instrumentos, reforzando nuestra seguridad y defensa. El documento se basa en cuatro pilares:

  • Reforzar nuestra capacidad para actuar en defensa de nuestros intereses.
  • Garantizar nuestra seguridad
  • Invertir más y de mejor manera en las capacidades necesarias.
  • Trabajar de manera asociativa.

A continuación, se abordarán brevemente cada uno de estos pilares.

  • Reforzar nuestra capacidad para actuar. La UE cuenta con una amplia experiencia en el despliegue de misiones y operaciones en el extranjero: desde 2003 ha habido más de 37. Hoy en día 18 funcionan en todo el mundo, con más de 4000 hombres y mujeres sobre el terreno. España juega un papel de primer orden en este contexto, como primer contribuidor a las misiones y operaciones, proporcionando en torno al 25% del personal desplegado por los Estados miembros las mismas; el 36% si sólo tenemos en cuenta las misiones y operaciones militares. España también ofrece el Cuartel General de la operación Atalanta situado en la base naval de Rota.

Este capítulo de la Brújula Estratégica propone vías concretas para que la respuesta de la UE a las crisis sea más rápida, más efectiva y más flexible:

  • Desarrollaremos por ejemplo una Capacidad de Despliegue Rápido de la UE antes de 2025 que nos permitirá contar con una herramienta de gestión de crisis fuera de las fronteras de la UE de hasta 5.000 efectivos. El primer ejercicio con uso de fuerzas reales tendrá lugar ya el próximo año, un nuevo hito para la UE.
  • También trabajaremos para reforzar nuestras misiones y operaciones para que sean más ágiles y flexibles, explorando vías para hacer más efectivo el proceso de toma de decisiones y reforzando nuestras estructuras de mando y control, mientras aprovechamos al máximo el potencial del Fondo Europeo de apoyo a la paz para apoyar a nuestros socios.
  • Continuaremos asimismo reforzando nuestra asistencia mutua en caso de agresión contra un Estado miembro (artículo 42.7 del Tratado de la Unión Europea) mediante la conducción de ejercicios frecuentes basados en escenarios concretos, incluidos los relativos al espacio cibernético y ultraterrestre.
  • El segundo pilar, garantizar nuestra seguridad, pasa por asegurar el acceso de la UE a ámbitos estratégicos como el espacio marítimo, aéreo, cibernético o ultraterrestre, cada vez más disputados por nuestros competidores:
  • Este mismo año desarrollaremos un conjunto de instrumentos y equipos de respuesta contra las amenazas híbridas que impulsará nuestra capacidad para anticipar, detectar y reaccionar frente a este tipo de amenazas que cada vez son más utilizadas por nuestros competidores estratégicos.
  • Como parte de este conjunto de instrumentos y equipos, también reforzaremos nuestras capacidades frente a la manipulación de información y la injerencia por parte de agentes extranjeros, así como nuestra política de ciberdefensa.
  • En relación con la seguridad marítima, extenderemos el concepto de Presencias Marítimas Coordinadas y reforzaremos los mecanismos para un mejor conocimiento y análisis del entorno marítimo. España ha realizado una contribución fundamental a la Presencia Marítima Coordinada en el Golfo de Guinea y estoy seguro continuará jugando un rol de primer orden en la expansión de este concepto.
  • También estamos trabajando en el desarrollo de una estrategia espacial de la UE para la seguridad y la defensa con el objeto de proteger mejor nuestros activos espaciales, de los que dependemos cada vez más para en nuestra vida diaria pero también para el buen funcionamiento de nuestras operaciones, tal y como pone de manifiesto la importancia creciente de la geointeligencia. No puedo dejar de mencionar en este sentido el excelente trabajo del Centro de Satélites de la UE situado a en la base aérea de Torrejón.
  • En tercer lugar, invertir, incrementando y optimizando nuestro gasto en capacidades militares y tecnologías innovadoras, paliando así nuestras carencias en materia de capacidades y mitigando las dependencias estratégicas.

Nuestra capacidad de actuar depende de las capacidades e inversiones adecuadas. Si queremos estar mejor preparados para responder a las crisis, hemos de reforzar industria europea de defensa, así como nuestra capacidad de innovar e invertir en capacidades de defensa tecnológicamente superiores. Hemos desarrollado una serie de instrumentos con este objeto pero tenemos que aprender a optimizar su uso:

  • El Fondo Europeo de Defensa, dotado de 8.000 millones de € para el periodo 2021-2027 representa un cambio sustancial que sitúa a la UE entre los 3 inversores principales de investigación para la defensa en Europa.
  • La Cooperación Estructurada Permanente, con sus compromisos vinculantes y 60 proyectos de colaboración, constituye otro marco clave para la cooperación. España es de nuevo una referencia de esta cooperación, a través de su participación en 22 proyectos PESCO, de los que lidera 4.
  • Sobre la base de la Revisión Anual Coordinada de Defensa de 2020, desarrollaremos capacidades clave en todo el espectro operacional: terrestre, marítimo, aéreo, espacio y cibernético. Ejemplos de estas capacidades son los carros de combate, los sistemas de combatiente, el buque patrulla de superficie europeo, las capacidades antiacceso y de denegación de área, la defensa en el espacio y la mejora de la movilidad militar.

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La Brújula Estratégica también destaca la importancia de reducir nuestras carencias en elementos de apoyos estratégicos como el transporte estratégico, la protección de las fuerzas, los recursos médicos, la ciberdefensa y la comunicación por satélite y las capacidades de inteligencia, vigilancia y reconocimiento.

La inversión en innovación en materia de defensa también será clave para mantener nuestra ventaja en el futuro. Crearemos un nuevo centro de innovación en materia de defensa dentro de la Agencia Europea de Defensa para contribuir a estos esfuerzos.

  • Cuarto, trabajar de manera asociativa:
  • En este ámbito, la OTAN ocupa por supuesto un lugar fundamental. Me gustaría reiterar que todo este esfuerzo de la UE para reforzar sus capacidades es plenamente coherente con la OTAN. Una UE más fuerte en defensa es inseparable de una OTAN más fuerte.

De hecho, nuestra respuesta a la agresión rusa a Ucrania ha demostrado la unidad y complementariedad de ambas organizaciones. Por un lado, la OTAN ha reforzado la defensa colectiva. Por otro, la UE no ha escatimado esfuerzos en términos diplomáticos, constriñendo a Rusia desde el punto de vista económico y financiero, aportando apoyo económico y humanitario, pero también militar a Ucrania.

En este contexto y en vista de la finalización por la OTAN de su proceso de reflexión sobre el Concepto Estratégico, ha llegado el momento de adoptar un compromiso político renovado con nuestro partenariado. La Cumbre de la OTAN en Madrid a finales de junio constituirá un importante hito, en este año en el que España conmemora el cuadragésimo aniversario de su adhesión a la OTAN.

Nuestro partenariado con la ONU también es clave, así como el que mantenemos con la Unión Africana y otras organizaciones regionales. Con la ONU, compartimos objetivos por ejemplo en materia de operaciones de paz y gestión de crisis. Por ello, la Brújula se compromete a reforzar nuestra cooperación sobre el terreno.

  • Impulsaremos la cooperación con los socios bilaterales con quienes compartimos valores e intereses como UU., Reino Unido, Canadá y Noruega. El lanzamiento de un diálogo sobre seguridad y defensa con EE.UU. constituye un importante paso que confirma la solidez de la relación transatlántica.
  • Asimismo, impulsaremos por supuesto la cooperación con América Latina, que contribuye significativamente a las misiones y operaciones de la PCSD. Podemos hacer más para ayudarlos a hacer frente a las amenazas híbridas, los ciberataques y la delincuencia organizada.

La Brújula Estratégica constituye ante todo un ejercicio de responsabilidad para Europa. El 21 marzo los Ministros de Defensa y Exteriores asumieron la responsabilidad de cumplir sus objetivos. Si se ejecuta íntegramente, la Brújula será un salto de gigante en material de seguridad y defensa. Y este salto de gigante es hoy más necesario que nunca.

Permítanme a continuación situar la Brújula Estratégica en un contexto más amplio.

  1. El nuevo entorno de seguridad europeo

He tenido la suerte de vivir en primera persona la transformación radical de la Unión Europea. Desde el ingreso de España en la Unión y la caída del muro de Berlín a hitos como la divisa común. He podido comprobar como Europa ha salido más fuerte de las crisis que ha enfrentado. Esta crisis desatada por la invasión rusa de Ucrania supone una crisis inédita. La UE ha actuado con una velocidad y determinación sin precedentes, solidarizándose plenamente con Ucrania y apoyando a ese país lo máximo posible.

Desde un punto de vista militar, los Estados Miembros acordaron en menos de 48 horas proveer apoyo a las Fuerzas Armadas ucranianas a través del Fondo Europeo de apoyo a la Paz, en su mayoría equipamiento letal. Nunca antes había hecho la UE algo así.  Este apoyo ha sido ampliado a 1.500 millones de €. Agradezco la participación de España en este esfuerzo.  

La UE también está trabajando incansablemente para coordinar toda esta ayuda militar con nuestros socios para asegurarnos que este apoyo es coherente con las necesidades de las Fuerzas Armadas Ucranianas y es recibido lo antes posible.  

También hemos adoptado varios paquetes de sanciones sin precedentes contra Rusia y trabajado con la comunidad internacional para enviar un fuerte mensaje de condena de la invasión rusa. La Brújula es clara sobre las implicaciones para nuestra seguridad de las acciones rusas.

Pero esta agresión en la frontera oriental de la UE no es el único desafío al que tenemos que hacer frente. España, por su ubicación geográfica, es plenamente consciente de ello. Asistimos a la multiplicación de amenazas cibernéticas e híbridas, a la proliferación de conflictos e inestabilidad en nuestra vecindad y más allá. El orden internacional basado en reglas cada vez es más cuestionado. Ello hace imperativo que avancemos sin excusas de forma urgente, decidida y concreta en materia de seguridad y defensa de la UE.

Por ello, la Brújula Estratégica es ahora más relevante que nunca, al proporcionar orientaciones y coherencia a nuestras acciones para responder a este conjunto de amenazas. También implica forjar una cultura estratégica común.

Una vez que la Brújula ha sido adoptada, mi rol como Alto Representante es el de impulsar su aplicación práctica. Esta ya ha comenzado y daré cuenta de la misma en un informe anual que presentaré a los Estados Miembros.

Ello me lleva a mi siguiente y último punto: el futuro inmediato de la defensa europea y las implicaciones de la Brújula Estratégica para la industria de defensa europea y española.

  1. ¿Cuál es el futuro inmediato de la defensa europea y cuáles son las implicaciones para la industria de defensa europea y española?

El creciente número de crisis en Europa y a su alrededor demuestra que, hoy más que nunca, la cooperación europea debe ser la norma y no la excepción. Los desafíos y amenazas a los que nos enfrentamos son de un calibre tal, que ningún Estado miembro puede enfrentarlos por su cuenta.

En respuesta a la agresión rusa de Ucrania, casi todos los Estados Miembros se han comprometido a incrementar su gasto en defensa. El anuncio del Presidente Sánchez de un aumento progresivo del gasto en defensa de España hasta alcanzar el 2% del PIB en los próximos años es sin duda una buena noticia.

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Evolución del gasto de defensa y la inversión en materia de defensa en la UE

 

Pero no solo tenemos que aumentar el gasto en defensa, también tenemos que optimizarlo:

En su conjunto, la UE a 27 realiza el segundo mayor gasto en defensa del mundo, con un presupuesto de más de 200.000 millones de €, lo que representa en torno al 1.5% del PIB. Esta cantidad es superior a la de la China y Rusia y mayor al gasto combinado de la India, Reino Unido, Japón y Arabia Saudí (vid. infra). Sin embargo, Estados Unidos y otros actores disponen de más elementos de apoyo estratégicos. Carecemos de un nivel suficiente de transporte estratégico, telecomunicaciones seguras, elementos de inteligencia, capacidades de vigilancia y reconocimiento, drones, activos espaciales y capacidades anfibias, entre otras. 

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A ello se une una fragmentación e ineficacia múltiples. Disponemos de demasiados sistemas diferentes y no compatibles. A modo de ejemplo, los Estados Miembros de la UE tienen más de 30 tipos diferentes de tanques, 20 tipos de aviones de combate y 10 tipos de avión cisterna. 

Europa necesita aprovechar el potencial de las economías de escala: Sólo el 11% de la contratación en materia de defensa es invertido en proyectos colaborativos. El objetivo que nos hemos fijado en el seno de la Agencia Europea de Defensa (AED) es de 35%. Si miramos la investigación y desarrollo, sólo el 6% se invierte en proyectos colaborativos, siendo nuestro objetivo AED el 20%.

Los presupuestos en materia de defensa están aumentando en toda la UE y ello hace esta cuestión más urgente que nunca. Tenemos que asegurarnos que este incremento, también en España, sirve para paliar las carencias críticas, aumentar la interoperabilidad de nuestros equipos y superar la fragmentación y no lo contrario.

A ello me refiero cuando hablo de optimizar nuestro gasto en defensa. Tenemos que pensar tanto a corto como a largo plazo. Soy plenamente consciente de que España comparte este objetivo de gastar más y optimizar este gasto, como demuestra la activa participación de Madrid en la Cooperación Estructurada Permanente a la que he aludido antes.

España también participa en varios proyectos cooperativos. Lidera por ejemplo la iniciativa GovSatCom, uno de los proyectos insignia de desarrollo de capacidades de la Agencia Europa de Defensa. También participa en el desarrollo de un sistema RPAS europeo, el EURO MALE; o en el del futuro avión de combate europeo.

Esta cooperación constituye una oportunidad histórica para la industria de defensa europea y española. Empresas españolas participan en consorcios industriales elegidos por el precursor del Fondo Europeo de Defensa. En concreto, 9 consorcios que incluyen empresas españolas fueron seleccionados para la acción preparatoria para la investigación en materia de defensa. De igual manera, empresas españolas participaron en 34 consorcios en el marco del Programa de Desarrollo de la Industria de Defensa Europea.

Pero hemos de ir más allá. En el Consejo Europeo informal de Versalles del pasado 10 de marzo, los Jefes de Estado y de Gobierno encargaron a la Comisión Europea y la Agencia Europea de Defensa la presentación de un análisis de los déficits de inversión en materia defensa, así como la propuesta de medidas para reforzar la base industrial y tecnológica de la defensa europea. El trabajo ya está en curso y esperamos acabarlo para finales de mayo.

En realidad, ya conocemos en gran medida nuestros déficits de inversión en materia de defensa. La Agencia Europea de Defensa, que presido, ha puesto en marcha varios procesos para identificarlos. Ese es el objeto del Plan de Desarrollo de Capacidades y de la Revisión Anual Coordinada en materia de Defensa. Un nuevo informe de esta revisión anual será publicado en noviembre y la actualización del Plan de Desarrollo de Capacidades tendrá lugar en junio, sobre la base de las orientaciones de la Brújula Estratégica.

El último informe de la revisión anual coordinada en materia de defensa identificó seis áreas prioritarias 1) carros de combate 2) sistemas de combatiente 3) el buque de patrulla de superficie europeo 4) las capacidades antiacceso y de denegación de área, 5) la defensa en el espacio 6) la mejora de la movilidad militar.

Sobre esta base, la Brújula estratégica en el capítulo “Invertir más y de mejor manera en las capacidades necesarias” identifica las capacidades estratégicas clave en las que deben concentrar sus esfuerzos los Estados Miembros, en concreto:

  • En el ámbito terrestre, destacan como capacidades prioritarias las relativos a los sistemas de combatiente y al carro de combate de próxima generación.
  • En marítimo, son necesarias plataformas navales de alto nivel, en particular plataformas no tripuladas para el control subacuático y en superficie además de capacidades anfibias, seguridad portuaria, conciencia situacional y capacidades de guerra antisubmarina.
  • En aéreo, hemos de desarrollar los sistemas de combate futuros, lo cual incluye los sistemas de aeronaves pilotadas a distancia, sistemas de defensa aérea y la defensa contra sistemas de aeronaves no tripuladas. La capacidad de transporte aéreo estratégico también constituye una importante carencia que ha de ser paliada.
  • En espacial, hemos de priorizar la comunicación satelital, los sensores de tecnología punta para la observación de la tierra desde el espacio, así como las nuevas tecnologías para reforzar nuestra conciencia situacional espacial.
  • El ámbito cibernético también tiene una importancia creciente: hemos de dar prioridad a las nuevas tecnologías, en particular la informática cuántica, la inteligencia artificial y la inteligencia de datos con el objeto de lograr ventajas comparativas, también en términos de operaciones de respuesta a ciberataques, y de superioridad en el ámbito de la información.
  • Finalmente, hemos de invertir en elementos de apoyo estratégicos: capacidades de inteligencia, vigilancia y reconocimiento; la protección de las fuerzas, los recursos médicos o de ciberdefensa necesarios para llevar a cabo todo el espectro de misiones y operaciones.

Todo ello sin perder de vista el nuevo contexto de seguridad, que exige que revisemos nuestras necesidades y carencias prestando especial atención a la parte más alta del espectro. Este nuevo contexto de seguridad hace que paliar estos déficits sea más urgente y necesario que nunca:

  • A corto plazo, tenemos que estimular la contratación conjunta de material ya disponible para aumentar nuestra preparación.
  • A largo, hemos de reforzar la competitividad de la industria europea de defensa a través del fomento mediante financiación comunitaria del desarrollo conjunto de capacidades de última generación. Sobre la base del paquete de medidas en materia de defensa que la Comisión presentó el pasado febrero, la Brújula Estratégica propone examinar la posibilidad de una exención del IVA, o un sistema de bonificación reforzado del Fondo Europeo de Defensa, o nuevas propuestas de financiación para fomentar la contratación conjunta de capacidades de defensa. Habrá nuevas propuestas adicionales de cara al Consejo Europeo de 30 y 31 de mayo.

Resulta evidente que no podemos tener una defensa europea fuerte sin una industria de defensa europea competitiva e innovadora, que sea capaz de proveer capacidades militares de vanguardia a nuestras fuerzas armadas. El rol de la industria de defensa española y europea es clave.

Numerosas empresas españolas del sector de la industria de la defensa siguen siendo demasiado dependientes del mercado nacional. Queda todavía trabajo por hacer para identificar las prioridades de esta industria. De manera similar a la de otras naciones europeas, deberá optar por unas tecnologías y capacidades en detrimento de otras que provendrán del extranjero. La espinosa cuestión de la seguridad del suministro siempre será un factor a tener en cuenta pero la apertura de cadenas de suministro a nivel europeo reforzará la autonomía estratégica de la UE en su conjunto. La autonomía estratégica de la UE sólo puede conseguirse a través de la cooperación a nivel europeo.

Si somos capaces de que la cooperación europea en este ámbito sea la norma general, sobre la base de prioridades acordadas y tecnologías innovadoras, se producirá un cambio significativo hacia una industria de defensa europea más fuerte en la que las empresas españolas jugarán el papel que les corresponde.

Conclusión

Mi conclusión es similar a la que llegó Jean Monnet hace siete décadas: Europa no puede permitirse ser un espectador en este mundo cada día más peligroso y competitivo. Ello se traduce a día de hoy por reforzar el rol de la Unión como proveedor de seguridad sobre la base de las líneas que acabo de exponer. Por ello es crucial que la Brújula Estratégica se traduzca en resultados concretos lo antes posible. Sólo así podremos conseguir construir una nueva Europea de la Defensa.

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